Intercambiando errores por errores en el póquer

Evolucionar en el poker significa dejar de cometer algunos errores y empezar a cometer otros, ojalá menos graves.

Los principiantes, por ejemplo, tienden a ignorar la posición en el póquer. Una vez que dejan de ignorar la posición, tienden a comenzar a utilizarla incorrectamente. Con el tiempo mejoran, pero luego comienzan a cometer errores en el tamaño de sus apuestas o incluso comienzan a sobrevalorar la posición.

A medida que progresamos, nuestros errores se vuelven más difíciles de identificar y corregir. En mi trabajo como coach y en el Thinking Poker Podcast, me he encontrado con algunas situaciones en las que muchas personas se quedan estancadas. Hay un área en la que los jugadores tienden a hacer progresos constantes pero luego se estancan: su elección de cazadores de faroles.

Pagar o rendirse

Los principiantes del póquer tienden a igualar la apuesta si sus manos parecen buenas y a retirarse si no, sin pensar demasiado en lo que tienen sus oponentes. Después de un tiempo, aprenden que cuando la decisión es entre igualar o retirarse, la decisión debe basarse en la fuerza relativa de su mano, no en la fuerza absoluta.

Se dan cuenta de que no importa cuán fuerte sea tu mano en un ranking de las manos más fuertes, solo si tu mano es mejor que la de los otros jugadores. Como resultado, intentan adivinar lo que tiene el otro jugador, pagando si es peor que lo que ellos tienen y retirándose si no lo es.

Si sus deducciones son lo suficientemente precisas, este es un excelente método para decidir cuándo igualar una apuesta o retirarse de la mano. Ninguno de nosotros puede adivinar una mano correctamente todo el tiempo, sin embargo, hemos comenzado a utilizar las probabilidades del bote de manera más eficiente para tomar nuestras decisiones, pagando más cuando tenemos mejores probabilidades. Finalmente, combinamos esto con el entendimiento de que debemos elegir manos con las que igualar en función de un rango de manos que nosotros y nuestros oponentes podamos tener, sin igualar ni retirarnos demasiado.

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Sin embargo, aquí es donde comienza una nueva serie de errores. El solo hecho de saber que tu mano para llamar debe estar relacionada con tu rango y el rango de tu oponente no es suficiente. Aquí son posibles al menos tres nuevos errores:

Confundir la fuerza preflop con la fuerza situacional

A menudo oigo a jugadores de póquer decir: "si retiro AQ aquí, retiro muchas cartas", y puede que sea cierto. Sin embargo, estas afirmaciones a menudo parecen tener más que ver con si AQ es una buena mano inicial que con si AQ es fuerte en una situación determinada, por ejemplo en un tablero QJT.

Un error común de este tipo es apegarse demasiado a un par medio en situaciones en las que sería mejor igualar con A alto. A menudo, lo que subyace a este error es un apego a la mano que es proporcional a su fuerza como mano inicial, más que a la situación.

Ignorando las pequeñas diferencias porcentuales en el póquer

Este es otro error que se esconde tras las decisiones de pagar con, digamos, 66, en lugar de AQ en un tablero con J82. Los jugadores se centran demasiado en si están adelante o atrás, y no lo suficiente en cuál es su equidad si están adelante o atrás.

Cuando tienes un proyecto de color, es obvio que (normalmente) tienes alguna posibilidad de ganar. En este caso es un poco más fácil olvidarse de las posibilidades que tiene un AQ de mejorar, y es aún más fácil olvidar que las tres o seis salidas que proporcionan las cartas superiores son mucho mayores que las dos salidas de un par de bolsillo.

La diferencia de equidad suele ser de solo unos pocos puntos porcentuales, pero en el transcurso de un año esto puede sumar mucho dinero, especialmente si juegas las últimas calles de manera inteligente.

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Ignorar la ventaja de alcance

Generalmente no es correcto retirar la mayor parte de tu rango. A veces, sin embargo, el tablero alcanza el rango de un jugador mucho más que el del otro. Esto es especialmente cierto cuando las manos iniciales de 10% o similares son mucho mejores en un tablero determinado que, digamos, un rango de 20% o similares, en cuyo caso un jugador que sube en posición temprana o hace una 3-bet debería tener algo mucho mejor que eso.

En situaciones como estas en el póquer, preocuparse por defender incluso la mitad de su rango contra una apuesta puede ser un gran error. El tablero interviene y pone la mayor parte de tu rango muy detrás de la mayor parte del rango de tu oponente. En este caso, rendirse suele ser lo mejor que se puede hacer.

Si, como muchos jugadores, has avanzado lo suficiente como para ser consciente de que tienes que elegir las manos con las que quieres ir en un rango de manera juiciosa, pero aún no estás seguro de los detalles de cómo hacerlo, espero que estés un paso más cerca de eliminar una serie de errores de tu juego de póquer.

Artículo traducido y adaptado del original: Reemplazando errores con errores en Pokr