Galileo Galilei, sí, él mismo, matemático, físico, astrónomo y filósofo, además de todo el legado que dejó a la humanidad, resolvió en sus “Consideraciones sobre el juego de dados” un problema sencillo pero curioso. En el siglo XVII, algunos jugadores cuestionaron a Galileo por el desequilibrio de los resultados 9 y 10 al lanzar tres dados, dado que las combinaciones posibles para cada uno eran seis opciones:
Resultado 9: 126, 135, 144, 225, 234 y 333
Resultado 10: 136, 145, 226, 235, 244 y 334

Con la práctica, los jugadores se dieron cuenta de que la suma de 10 ocurría con más frecuencia que la suma de 9, aunque las combinaciones parecían ser las mismas. Éste parecía un problema irresoluble, lo que hacía que la práctica desafiara la lógica, porque cuanto más jugaban, más evidente se hacía la ventaja de la suma de 10. Galileo observó que existían más inversiones, o formas diferentes de obtener cada una de estas combinaciones, comprobando que el número total de combinaciones para la suma de 10 era 27, mientras que para la suma de 9 era 25 inversiones. Por ejemplo, para obtener la suma de 10 con las caras 1, 3 y 6, había seis posibilidades (136, 163, 316, 361, 613 y 631), y no una sola combinación, como imaginaban los jugadores. Haciendo clic aquí, un enlace a un apéndice que explica bien el problema.
Una vez más, una solución contra-intuitiva, un tema explorado en mi último artículo Aquí en PD. Las situaciones en las que la aparente lógica no refleja la realidad son más frecuentes de lo que uno podría imaginar, y son uno de los fundamentos del llamado juego del engaño, herramienta fundamental en el póker, que consiste básicamente en inducir al rival al error.
Sin embargo, el enfoque de este artículo es diferente. Nótese que si bien estos jugadores del siglo XVII tenían experiencia y conocimiento del juego de dados, daban por sentado el equilibrio de los resultados y eran lógicos, lo que no les permitía llegar a un razonamiento más refinado, pues estaban condicionados en su comprensión. En el poker la curva de aprendizaje, quizás como en cualquier actividad humana, es bastante pronunciada al principio, pero constantemente los jugadores llegan a un punto en el que el conocimiento que tienen sobre el juego y las relaciones que son capaces de establecer parecen alcanzar un techo razonable de comprensión, y ahí es donde radica el problema, cuando la capacidad de análisis en el poker se ve condicionada.
Esto sucede invariablemente cuando el jugador malinterpreta el aspecto matemático del juego y termina sobrevalorando o malinterpretando las probabilidades de ganar una mano. Debes haber visto varios ejemplos de esto, cuando, incluso teniendo muchas más posibilidades de ganar que el oponente, la combinación de cartas en el tablero no ayuda, y el oponente que ni siquiera tiene conocimientos de teoría del póquer gana la mano.
Bueno, debes haberte enojado mucho por esto, e incluso sentirte perjudicado, pero después de todo, el punto principal de esta discusión es exactamente ese, porque el hecho de que seas el favorito en una mano no significa que la ganarás. La probabilidad es solo una representación teórica que demuestra la incidencia de un determinado suceso. No te hace “justicia” ni te hace digno de ganar una mano, así de simple. El hecho es que muchos jugadores, guiados por el juego lógico y matemático, no aceptan las derrotas provocadas por situaciones en las que el rival no es favorito y acaba ganando. Confiar única y exclusivamente en las matemáticas da una falsa sensación de dominio del juego y acaba basando sus conclusiones en cómo jugar, sin tener en cuenta los aspectos emocionales y situacionales presentes en cada momento en cada decisión y mano jugada.

Ya basta de lloriqueos, o eliges utilizar la probabilidad a tu favor y arriesgarte a poner fichas en el jugador que busca el color hasta el river, o controlas el bote para perder menos si acierta, porque sabes cómo es su patrón de juego. Lo curioso es ver al jugador matemático/lógico quejándose del shuffle en un estado febril de pérdida de control emocional, cuando supuestamente su punto fuerte sería precisamente tener control emocional. No tiene sentido aplicar un enfoque matemático a jugadores y apostadores no teóricos, y si con frecuencia comprometes la mayor parte, si no la totalidad, de tu pila en una mano porque tienes un buen par o similar, vale la pena observar tu juego y probar diferentes formas de jugar esa mano, identificando dónde están tus fugas y buscando un método de contrajuego para ese tipo de oponente.
Sin darse cuenta de sus propios errores, muchos jugadores de poker buscan una razón externa para excusar sus derrotas, atribuyendo el amargo resultado negativo a la mala suerte o a la supuesta forma incorrecta en que jugó su oponente. Pero no te preocupes, esto es un mecanismo de defensa natural del ser humano, simplemente no te quedes así todo el tiempo, porque enojarse es normal, pero intentar jugar al poker con este entendimiento solo te hará daño, y hará que tu método de juego se estanque, dejándote condicionado. Si perdiste por mala suerte pero jugaste bien, no hay razón aparente para preocuparse, aunque a menudo es una mierda y una oportunidad dada es única (digamos que estás en la burbuja de la mesa final de las WSOP ME), elevar y glorificar la mala suerte solo significa que tu visión es similar a la comprensión del póquer como un juego de azar.
Los jugadores profesionales y aquellos que estudian el juego elaboran sus expectativas de victoria durante un período de tiempo suficiente para tener una muestra precisa y poder analizar sus errores y corregirlos. Pregúntele a cualquier buen jugador de póquer si sigue pasando o sabe con qué frecuencia sus jotas de bolsillo se han roto para justificar su tremenda mala suerte. Apuesto a que está tratando de encontrar una mejor forma de jugar AA en lugar de preocuparse por eso.
En conclusión, deje de lado por un momento la aparente justicia de las probabilidades y comience a trabajar en su cabeza para poder manejar el shock cuando las cosas se pongan difíciles y aprenda a perder, ya que esto le dará las herramientas para evitar inclinarse en el camino.
Marco Naccarato es empresario, diseñador, jugador de póquer y autor del libro Floating in Vegas, que trata sobre las pequeñas apuestas en los casinos de Las Vegas (disponible en el sitio web www.floatinginvegas.com.br). Naccarato estrenó su columna en el sitio web Aprendendo Poker de Leo Bello en febrero, y se lo puede encontrar en el Foro PD bajo el apodo de Carcamano, y cada 15 días en la sección de artículos del portal PokerDicas. Para contactar con el autor, envíe un correo electrónico a [email protected].
¡Gran hito! ¡Excelente publicación!
Amigo, el póquer es un juego justo. Cuando tienes una probabilidad de ganar de 95% y terminas ganando la apuesta, esto podría considerarse injusto, ya que ganamos 100% en lugar de 95%. Pero nadie recuerda que deben devolver parte de lo que ganaron injustamente… 😀
Otro aspecto que me parece muy interesante es que el poker es la mejor escuela para aprender a perder. Saber perder, sin ser sentimental ni demagógico, es el camino al desarrollo como persona y jugador, que lleva a la verdadera victoria a largo plazo.
¡Cuando vengas a Floripa, discutamos estos temas en una mesa (en un bar o en una partida)!
¡Gracias! 😀
¡Gracias Petrillo! Muchas gracias por tus comentarios.
Quería profundizar más pero pensé que sería tedioso. ¡Será mejor que escribas un libro! jejeje
Y estoy de acuerdo contigo, el poker es una gran escuela para aprender a perder. Muchos de mis amigos jugadores ganaron humildad en la vida y en el juego cuando perder se convirtió en algo que podían usar para aprender más.
¡Y hombre, he pasado muchas Nocheviejas allí en Floripa! Ciudad fantástica... quién sabe, quizá algún día nos tomemos una copa! ¡Abrazo!
¡Enhorabuena por tu artículo Marco! La forma de analizar las situaciones y de explicarlas son esenciales para el desarrollo, no sólo del jugador, sino de la persona. Admiro tu posicionamiento que, como destaca tu amigo Petrillo, abarca otros ámbitos, fuera del propio juego, como tu propia evolución personal en el modo de ver y analizar el mundo que te rodea. ¡Un fuerte abrazo y sigue con los excelentes artículos!
¡Muchas gracias, Nakamura!
Pensar en el poker es más efectivo, genera conceptos e ideas, como en la vida. Así no nos estancamos en los métodos, y no cargamos con certezas que nos hunden… la duda es una bendición.